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miércoles, 22 de febrero de 2012

Nuestra voz



No puedo imaginarme las águedas sin ella, Feli, es de esas águedas de las que se nota su ausencia cuando no nos acompaña, como ocurrio en nuestra última visita a tierras sicilianas; nadie mejor que ella para abrir una canción con toda esa fuerza que la caracteriza; a mediados de los setenta, muy seguida de Sabela, se unió a la Cofradía, pasando a ser imprescindible en la misma. Cuando todas tenemos las gargantas agotaícas de cantar, ella llega y se arranca con una de nuestras canciones con una energía que no sé de dónde la saca, y con una gracia y un desparpajo muy singular.
Feli es de una generación de mujeres y de águedas irrepetibles, que nos dan cien vueltas a otras, y que no sólo ha contribuído con creces a mantener esta maravillosa tradición, sino que ademas le ha dado a la Cofradía ese aire especial que nos caracteriza, gracioso, picanton, gamberro, auténtico. 'La Señorita Feli', como la llama alguien que yo me sé. La voz entre nuestras voces, la voz que nunca se agota, sin duda un pilar muy importante de nuestra Cofradía.
Que pena que sus hijas no hereden la casta aguedera de su madre, porque nos hace mucha falta gente joven, águedas como fueron, son y seran siempre Chona, Sabela, Feli, Pilar, Espe... esa generación de mujeres, de águedas, sin duda irrepetible.

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