Antes de nada quiero comenzar agradeciendo a Cintia el reportaje de fotos que nos ha hecho, pues sin él esta entrada de hoy no hubiese sido la misma.
Cómo me gusta verla así, desnudica, sin flores y poder abrazarla.
Que bonito es acostumbrar a las niñas a acudir a este tipo de rituales: que aprendan a preparar las flores, a ponerlas, a dejar listas las cintas, a colocar a la santica, tantas cosas y tantos pequeños detalles...
...este año hemos contado con la presencia de tres niñas: Iria, Virginia y Lucía.
Esas primeras fotos con las nuevas hermanas siempre son muy especiales.
Sacar un año más el pendón, la palma, sus cintas, las varas... son tantas cosicas...
Aprender a colocar bien las flores, algo para lo que no todas valemos, pero siempre hay alguna que otra hermana que tiene un don especial para ello.
Las fotos que nunca pueden faltar y que cuando después de varios años las ves todas juntas, te llenan de nostalgia y bonitos recuerdos.
Cada año la santa tiene más rosas y todas y cada una de ellas con un significado muy especial.
Y una vez que ya está bien guapa, todas queremos tener un recuerdo con ella.
Y todas queremos cargar a la santa, claro...
... y tocarle las teticas para que ella cuide de las nuestras.
Cariños que se entremezclan con risas y picardías.
La alegría de los días que se aproximan y el calor entre hermanas.
Sonrisas llenan de ilusión y muchas ganas de aprender y compartir.
Un año más, objetivo cumplido.
Ya luce nuestra santica limpia y guapa.
Hoy será un gran día.
¡VIVA SANTA ÁGUEDA!
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