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miércoles, 4 de febrero de 2015

Te quiero, Ana

Por desgracia la vida nos regala tantas amarguras, que este lazo negro que desde hace tres Febreros nos acompaña, no parece que vaya a dejar de hacerlo; si una hermana está de luto, las demás también lo estamos. Y hoy quiero dedicar esta entrada con todo mi amor a una de mis hermanas, amiga y confidente más queridas: mi Anita, nuestra Ana.


Sabes que te quiero y que aunque no estemos siempre en compañía, lo estamos con el corazón y el pensamiento. Tu y yo tenemos la virtud, que lo es, de ser muy claritas y eso no siempre gusta, pero espero que sea algo que no cambiemos nunca. Prefiero la nobleza, que la hipocresía y sé que tú también, quizás por eso nos llevamos tan bien y eso que nuestros principios no fueron muy amorosos, ja, ja, ja... que conste que como te vuelva a ver yo con un pañuelo en la cabeza, no sé lo que te hago...


Este año no tienes muchas ganicas de fiesta, pero a mi me gustaría tenerte a mi lado todos estos días, en cada momento, en cada risa, en cada baile, en cada canción. Te voy a echar de menos, sobre todo este Febrero, que para mí es más duro. La cabeza me dice que deje tanto atrás... pero el corazón se niega a soltar amarras, tú ya sabes...
Te quiero, Anita mía y te pido al menos, que este año repitamos estas fotos junto a nuestra santica, de nuevo las tres juntas y 'felices' y los bailes los dejamos para otra ocasión. Mañana te espero allá en San Lázaro, para achucharte un poquito, no me faltes.

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